Cuando la valentía nos trae mil cosas

En mi anterior entrada relaté lo sucedido con una profesora de mi secundaria. Desde tal momento no he sentido más que paz y tranquilidad. Me dice mi mentor de Filosofía que eso se debe a que cuando la paz viene es porque somos valientes. Tuvo su precio pequeño que fue una boleta de puntos menos, pero compradado con la fuerza y tranquilidad que tengo en mi espíritu, valió la pena. No me arrepiento en absoluto de lo que dije y nunca lo haré.

Respect x Respect

A veces cuando llegamos a un salón de clases, estamos bajo el mando de un título universitario con el nombre de profesor, sabemos que nos encontramos ante alguien que cumplirá con el deber para el que estudió. Pero la educación académica no puede dejar de lado la educación de nuestra moral. Está bien claro que el alumno no es un pan del cielo pero es razón insuficiente para ser insultado por el docente. Hoy, por más razones que existan para comprobarlo, a mi generación se le dijo indecente por un rumor sin fundamentos. Ante tal cosa me levanté e hice lo que debía en el momento: -Si esto es mentira que alguien lo diga- dijo mi profesora -Es mentira- dije. Y a pesar que las lágrimas de rabia bañaron mi rostro no pude evitar sentir una paz inmensa al defender mi dignidad y mi decoro, porque a mí NADIE ni siquiera una profesora me dice indecente, porque no lo soy, esa manera tan estúpida de generalizar es algo propio de aquellos que creen haberlo visto todo y no están dispuestos a ver más. Aquél que lea esto, sepa que por defender su dignidad no es ningún indecente. Que por tener esperanza en que la gente puede cambiar no es un ILUSO. Que porque llore al sentir rabia no es una VÍCTIMA. ¿Me di a entender profesora Soledad? ¿O acaso estoy confundiendo los conceptos por no ser como ud dice? ¿Qué dicen los demás?

Sangre derramada en Pekín

Hoy los juegos olímpicos se tiñeron de rojo por una lamentable pérdida: uno de los visitantes proveniente de los Estados Unidos, falleció. Uno lo piensa y es algo triste saber que el ideal de familia que dio China ayer no es apreciado por varios como se quisiera, pero en fin, en este mundo hay de todo un poco. Lancemos al viento un pétalo de flor por el espíritu de este buen hombre que ojalá sea libre en donde sea que esté.

Con permiso, empiezo yo...

Hoy desperté a las 5:50 de la mañana y el amanecer fue acompañado con la cuenta regresiva de, lo que para mi fue la unificación de las naciones, la fuerza de millones de personas unidas por la emoción: las Olimpiadas Beijing 2008.
Una suave brisa mañanera se asomó por mi ventana mientras veía la belleza de un ideal promovido por la República Popular China, uno de los países más prósperos del globo. Hoy siendo una fecha tan mágica (8/8/08) se vivió en las más de 205 regiones de nuestra Tierra, más que una inauguración. El abrir del pergamino mezclada con la calidez del clásico pincel chino al son de las hermosas tonadas propias de dicho país fue simplemente exquisito. La sincronización de cientos de aprendices de las artes marciales muestra la entera disciplina del pueblo de oriente. Sin embargo, es imposible olvidar la pura inocencia con la que los niños cantaban mientras llenaban con pintura de varios colores lo que parecía ser un lienzo digno de la mano del artista mundial, cuál fue nuestra sorpresa al saber que sobre esa pintura pasaron los atletas con sus banderas demostrando que en realidad, aún cuando seamos muchos países, la verdad es que somos un SOLO pueblo. Y como demostró la gran imagen del planeta y los paraguas con gente como tú o yo, necesitamos unos de otros, por más valientes que finjamos ser, no hay más verdad que esa: una sola familia, un excelente mensaje mostrado a través de la cultura no solamente de China, sino de todos los demás miembros de esta gran familia. Luego de 4 eternas pero inolvidables horas, llegó en la mano de un caminante, la tea portadora de la llama olímpica y apenas dio el paso final para culminar este acto, se dio pas libre a la gran tolerancia que este año caracterizó y caracterizará por siempre a China.